Apocalipsis – Describe la revelación y cómo debía afectar a las iglesias

El libro de Apocalipsis fue escrito para consumar la veracidad de la palabra de Dios, su plan de redención y las promesas en Cristo Jesús. Esta revelación sirvió y sirve como aliento a los creyentes ante la persecución, y a la vez como un llamado a mantener una vida piadosa mientras esperamos la manifestación de la gloria de Cristo en su segunda venida. John MacArthur lo explica de la siguiente manera:

“Pero la tormenta de la persecución estaba a punto de irrumpir en furia total sobre las siete iglesias tan queridas para el corazón del apóstol (2:10). A esas iglesias, Apocalipsis proveyó un mensaje de esperanza: Dios está en control soberano de todos los acontecimientos de la historia humana y aunque frecuentemente el mal parece haber inundado todo y los hombres impíos todopoderosos, su condenación definitiva es cierta. Cristo vendrá en gloria para juzgar y gobernar.”

Con lo anterior en mente, este libro debía producir en la iglesia un fuerte respaldo y confianza, fortaleza y seguridad de que cualquier sufrimiento por el que tuvieran que pasar no sería mayor a la gloria y bienestar que experimentará la iglesia en la consumación de los tiempos. Para producir tal fe, la carta resume los grandes acontecimientos del fin de los tiempos (Ap. 1:3), trata con énfasis la gran tribulación (Ap. 6:1-18) y la segunda venida de Cristo (Ap. 19:1-21), revela cómo será la manifestación de Jesucristo en plena gloria (Ap. 21) y describe los acontecimientos de la derrota final sobre los enemigos de Dios y la nueva vida en la presencia de Dios (Ap. 16-18). Paul N. Benware dice acerca de la manera en que esta revelación debe impactar a la iglesia:

“La profecía tiene como propósito cambiar la manera en que vivimos y la manera en que contemplamos la vida presente. La profecía nos da esperanza al hacernos conscientes de que Dios tiene unos planes, y que va a llevarlos a cabo.”

A partir de lo anterior, podemos decir con claridad que Apocalipsis es tanto un libro que debe despertar a la iglesia como proveerle confianza y seguridad.

Bendición y Veracidad de la Revelación

El inicio de este libro es una señal de bendición al describir como bienaventurados a todos los que leen esta revelación (Ap. 1:3). Por su parte, la claridad con la que Juan describe los acontecimientos que acompañaron a la recepción de esta revelación para las iglesias anuncia a los lectores la veracidad de la revelación y la intención con la que fue escrita (Ap. 1:8-20). El mensaje a cada una de las siete iglesias nos enseña que Jesucristo no pierde de vista a su novia, y esta realidad sirve tanto de ánimo ante la persecución como de exhortación para producir un cambio de conducta en su espera (Ap. 2-3).

El Protagonismo del Cordero

Otros elementos que aportan a la confianza y esperanza de las iglesias es el hecho de que el gran protagonista de los eventos del fin es el Cordero de Dios. Cuando Juan miraba con llanto y dolor que nadie podía abrir el rollo con los siete sellos, es el Cordero y el león de la tribu de Judá:

“La raíz de David, ha vencido para abrir el libro y desatar sus siete sellos.” (Ap. 5:5).

La multitud de los creyentes con sus ropas blancas, reunidos de todo pueblo, lengua y nación están ante el Cordero de Dios. Los reinos vienen a ser de Cristo (Ap. 11:15). La ira de Dios es desplegada como juicio final contra todo el que se rebeló contra su Hijo (Ap. 16-18), y la manifestación de la plenitud de la gloria de Dios es en favor del Cordero en sus bodas con la iglesia redimida, siendo consumada la invitación:

“Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado. Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente.” (Ap. 19:7-8).

Conclusión

Dios cierra su revelación con firmes palabras de juicio y gloriosa declaración de victoria de Cristo y de su iglesia. El libro de Apocalipsis, por tanto, es una fuente inagotable de esperanza y fortaleza para los creyentes. Nos asegura que Dios está en control soberano de todos los acontecimientos y que, aunque el mal parezca prevalecer, la victoria final pertenece a Cristo y a su iglesia.

Bibliografía

• Benware, Paul N. Panorama del Nuevo Testamento. Editorial Portavoz, 1993.
• Carson, D. A., & Moo, D. J. Una introducción al Nuevo Testamento. Editorial Clie, 2008.
• MacArthur, J. Biblia de Estudio MacArthur. Nashville, TN: Thomas Nelson, 1997.