Un familiar asiste a una iglesia pentecostal unicitaria (sólo Jesús), ¿crees que es salvo?
¿Es posible que alguien que pertenece a una iglesia que no acepta la doctrina de la Trinidad sea salvo? Esta pregunta no solo es teológicamente profunda, sino también emocionalmente cargada. Exploramos lo que la Biblia dice sobre la salvación y la naturaleza de Dios para ofrecer una respuesta firme pero compasiva.
Introducción
Esta pregunta tiene una carga emocional muy alta, y como creyentes no queremos parecer moralmente superiores o con la capacidad de ejecutar un juicio tan severo como el de determinar si una persona es o no salva. No obstante, la Biblia nos enseña que no solo es sano, sino necesario, examinarnos y discernir si estamos en la fe (2 Co. 13:5). La forma de probarnos para saber si estamos en la fe verdadera del Hijo de Dios no proviene de criterios humanos, sino de la misma palabra de Dios. Entonces, aunque preguntas como esta requieren sobriedad y compasión, también demandan verdad y firmeza.
Examinando la Fe
En cuanto a la fe y la vida eterna, creer en algo distinto al Jesús de la Biblia es equivalente a no tener fe o a no ser salvo. La Biblia declara que en cuanto a la salvación no hay términos medios; estamos en Cristo o no estamos en la fe (1 Jn 5:12). Confiar en algo distinto a Jesús es idolatría, porque lo que tenemos de Jesús es una mera imagen, aunque el cambio en lo que creemos de Jesús sea mínimo respecto de lo que la Biblia revela de su naturaleza y obra. El apóstol Pablo advirtió a los Efesios de cuidarse de no ser engañados (Ef. 5:6-8), reprendió a los Gálatas por abandonar el evangelio verdadero (Gá. 1:6-7), alabó la fidelidad de los Filipenses (Fil. 1:3-5), y aconsejó a sus colaboradores Tito y Timoteo que cuidaran la doctrina y corrigieran a los engañadores con severidad (1 Ti. 4:16, Tit. 1:11). ¿Cuál era el objetivo de toda esta intencionalidad en cuanto a examinar la fe de la iglesia? El mismo que motiva la pregunta que estamos evaluando: asegurarnos de no ser objetos del reclamo de Dios a través de Jeremías: «Porque dos males ha hecho mi pueblo: me dejaron a mí, fuente de agua viva» (Jer. 2:13).
La Doctrina de la Iglesia Pentecostal Unitaria
Entendiendo lo anterior, ahora podemos abordar la pregunta. La seguridad de salvación no se trata de lo que las personas piensan o sienten, sino de lo que la palabra de Dios establece (Jn. 5:39). Así que la pregunta la responderemos desde la Biblia y con la información que sabemos de la doctrina de la iglesia pentecostal unitaria.
El hecho de pertenecer a una iglesia unitaria supone aceptar o creer la doctrina que ellos enseñan. Desde esa perspectiva, si su tío cree lo que enseña esta iglesia, probablemente no sea salvo. ¿Por qué? Porque la Biblia no enseña lo que ellos dicen acerca de Jesús y su naturaleza divino-humana. Esto pone a esta iglesia (y a sus miembros) en la posición de adorar una imagen de Dios, pero no al Dios de la Biblia.
La Herejía de la Unicidad
Básicamente, la iglesia unitaria cree que Dios, el Hijo (Jesús) y el Espíritu Santo son un solo Dios en esencia pero no tres personas. Dicho de otra manera, Jesús es Dios y, por tanto, no puede ser cien por ciento hombre. Esto es una herejía en contra de la doctrina de la Trinidad, la deidad y la humanidad de Cristo. No solo eso, sino que hace imposible que la salvación sea una realidad para los pecadores, dado que la Escritura enfatiza la necesidad de que el pecado deba ser pagado por el hombre (1 Co. 15:21-22, Ro. 5:12-21). Si tuviéramos que escoger un solo verso para mostrar la evidencia de que Dios es uno en tres personas, bastaría con recordar uno de los momentos en que los tres actuaron juntos: el bautismo de Jesús. En Mateo 3:16-17, Jesús es bautizado, el Espíritu Santo desciende sobre Él y desde el cielo se oye la voz del Padre.
Conclusión
¿Es su tío salvo? A la luz de lo que cree la iglesia unitaria y en contraste con lo que las Escrituras enseñan, su tío necesita el evangelio porque, de seguir engañado, no será salvo. No sería maldad, sino un acto de amor, mostrarle su error. La Biblia nos llama a compartir la verdad en amor (Ef. 4:15), y ayudar a otros a conocer al verdadero Cristo revelado en las Escrituras es una de las formas más grandes de amor que podemos demostrar.
Bibliografía
- La Santa Biblia, Nueva Versión Internacional (NVI).