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¿Debemos atar a Satanás?

¿Es realmente necesario atar a Satanás antes de iniciar nuestros servicios?

La práctica de “atar a Satanás” antes de cada servicio es común en algunos círculos cristianos, pero ¿es bíblica y necesaria? Esta pregunta nos lleva a un análisis profundo y equilibrado de las Escrituras para entender si realmente tenemos la autoridad y el mandato para hacerlo.

La Guerra Espiritual

Primero que todo, debemos considerar que esta idea es moderna y mayoritariamente presente en los movimientos carismáticos. Por lo anterior, este asunto puede ser contestado observando al menos tres asuntos: El primero, relacionado a la realidad de la guerra espiritual y la autoridad de la iglesia; el segundo, referente a Satanás y su relación con los creyentes; y el tercero, acerca del culto, su propósito y nuestra disposición al participar de él. Al poner cada uno de estos temas a la luz de las Escrituras tendremos una evaluación equilibrada y entenderemos la consideración de Barth al decir: «sólo le daría un “vistazo” rápido y tajante al aspecto de la demonología, no fuera a ser que le diera más peso y atención a lo demoniaco, que lo absolutamente necesario.»1.

Lo primero entonces es afirmar que la guerra espiritual existe y que en las Escrituras nos llaman a no ser descuidados en cuanto a los ataques de Satanás y sus demonios. Grudem sugiere el uso moderado del concepto guerra espiritual y no externarlo al punto de hacer de esta verdad todo un ministerio2. En Efesios 6:12 Pablo afirma que estamos en una batalla espiritual: «Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.», pero, a pesar de ser una realidad, la manera de enfrentar estos ataques no es ideando tácticas de guerra o planificando cómo derrotar a Satanás y a sus demonios, más bien, somos llamados a vestirnos de la armadura, estar firmes y resistir las asechanzas del diablo (Ef. 6:11). La iglesia no tiene el llamado ni la autoridad para atar a Satanás. El texto que se usa regularmente para argumentar lo contrario es Mateo 16:19, donde se habla de la autoridad de atar y desatar a la iglesia a través de Pedro, pero nada en ese texto dice que es aplicable a Satanás y mucho menos que esté vigente en nuestros tiempos, más bien, fue una autoridad dada a Pedro y de paso al resto de los apóstoles y en el contexto de la predicación del evangelio al inicio del período de la gracia.

La Relación de Satanás con los Creyentes

La siguiente consideración es que intentar atar a Satanás en cada culto que se inicia no tiene sentido ni efecto alguno. Esto no es consistente con la naturaleza de Satanás, pues es un ser creado y no está en todas partes a la vez. Sin duda Satanás es poderoso pero en ningún caso se le pueden atribuir las capacidades que solo le pertenecen a Dios3. Entonces, si Satanás no puede estar en todas partes, ¿tiene algún sentido que al iniciar cada culto en cada iglesia alrededor del mundo se intente atar a Satanás? Al menos debemos reconocer que sería una práctica poco eficaz y no sabia.

El Propósito del Culto y Nuestra Disposición

Por último, debemos poner más énfasis en el objetivo bíblico del culto y la disposición con la que cada creyente debe participar. Colosenses 3:16 es una buena guía para esta consideración: «Que la palabra de Cristo habite en abundancia en vosotros, con toda sabiduría enseñándoos y amonestándoos unos a otros con salmos, himnos {y} canciones espirituales, cantando a Dios con acción de gracias en vuestros corazones.». El culto no tiene como propósito principal luchar contra Satanás y sus demonios; por el contrario, un culto está diseñado para que nos llenemos en abundancia de la Palabra de Dios, adorando su nombre a través de cantos que exalten el carácter de Dios y con una disposición de gratitud de quienes participan. Así que, no necesitamos atar a Satanás al inicio de un culto; un culto debe iniciar y terminar solo en el nombre de Jesucristo el Señor.


Notas

Bibliografía

  • Horton, Stanley M. Teología sistemática: Una perspectiva pentecostal. Miami, FL: Editorial Vida, 1996.
  • MacArthur, John y Mayhue, Richard. Teología Sistemática: Un estudio profundo de la doctrina bíblica. Grand Rapids, MI: Portavoz, 2018.

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Footnotes

  1. Stanley Horton, Teología sistemática: Una perspectiva pentecostal (Miami: Vida, 1996), 206–207.
  2. Aunque Grudem está argumentando que no debemos confundir la influencia de los demonios con la posibilidad de posesión demoníaca. Grudem, Teología Sistemática: Una introducción a la doctrina bíblica, 443.
  3. Este argumento es una paráfrasis del que aparece en John MacArthur y Richard Mayhue, Teología Sistemática: Un estudio profundo de la doctrina bíblica (Grand Rapids: Portavoz, 2018), 699.

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