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¿Qué son los demonios? ¿De dónde proceden? ¿Qué función desempeñan?

¿Sabías que los demonios no son simplemente personajes de ficción o superstición, sino que tienen una base bíblica sólida que explica su origen y propósito? Conocer la verdad sobre ellos puede cambiar nuestra perspectiva y fortalecer nuestra fe.

En simple, podríamos responder a estas preguntas de la siguiente manera: los demonios son ángeles que se rebelaron junto a Satanás contra Dios, proceden de Dios en tanto Él los creó y están bajo su autoridad y desempeñan la labor de oponerse continuamente a la voluntad de Dios obedeciendo a Satanás, gobernando sobre el mundo y engañan, oprimen e intentan esclavizar a los creyentes con el fin de hacerles pecar contra Dios. En palabras de Erickson, “los ángeles malos deben ser estudiados en relación estrecha con los ángeles buenos, ya que tienen el mismo origen, y mucho de lo que se ha dicho de estos segundos es cierto también para los primeros”1. Esta afirmación nos ayuda como una guía para profundizar de manera particular sobre cada pregunta.

¿Qué son los demonios?

Los demonios son ángeles creados por Dios que influenciados por Satanás se oponen intencionalmente a los propósitos de Dios. Berkhof los identifica de la siguiente manera: “se complacen en oponerse a Dios y antagonizar con Su obra”2. Aunque también son criaturas de Dios, no fueron creados como ángeles malignos. Esta idea es apoyada por pasajes como 2 Pedro 2:4 en donde leemos que “Dios no perdonó a los ángeles cuando pecaron”, sin embargo, es necesario notar que esta actitud o disposición no pudo ser antes de que la creación fuera terminada, es decir, la caída de los ángeles tuvo que ser después del día siete, de lo contrario Dios mismo no podría haber afirmado “Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera” (Gén. 1:31).

¿De dónde proceden los demonios?

Ryrie enumera al menos cuatro teorías o sugerencias acerca de la procedencia de los demonios, partiendo por la suposición de que son “espíritus de personas malas fallecidas”. Este punto de vista proviene de una antigua creencia griega pero que no tiene respaldo en las Escrituras, pues los muertos no pueden volver y menos vagar por el mundo (Ap. 20:13). La segunda ha sugerido que “son espíritus sin cuerpo de una raza preadámica”. Esta idea argumenta la posibilidad de que antes de Adán, Satanás reinó sobre la tierra sobre una raza perfecta que luego, cuando Satanás pecó contra Dios, estas personas participaron de esta rebelión perdiendo sus cuerpos y convirtiéndose en demonios. De esta forma habría una explicación para la existencia de los ángeles buenos, los malos y los demonios de manera separada. La tercera postura indica a los demonios como “descendientes de las uniones descritas en Génesis 6:1-4”, lo que implicaría al menos que los “hijos de Dios” eran ángeles y que el resultado de esa unión no fuera humano, una posición que nuevamente infiere que para convertir esta raza dual (angélica-humana) en demonios, tendrían que ser espíritus sin cuerpo después de haber muerto en el diluvio. Finalmente, tenemos la posición con más respaldo en las Escrituras: “los demonios son ángeles caídos”. El apoyo escritural a esta posición está dado por: 1) la posición de Satanás como príncipe de los demonios (Mt. 12:24), 2) los rangos similares a los ángeles (Ef. 3:10, 6:12) y la identificación de ellos como espíritus (Mt. 17:18; Mr. 9:25; Lc. 10:17-20; Mt. 8:16)3.

¿Qué función desempeñan los demonios?

La función que desempeñan se puede resumir haciendo la diferencia entre no creyentes y creyentes. Con los no creyentes, su empeño está en la posesión de sus cuerpos para esclavizarlos y destruirlos. Con los creyentes, su ataque se reduce a la simple “influencia”4 que busca engañarlos, seducirlos al pecado y torcer la verdad de las Escrituras.

Bibliografía

  • Erickson, Millard J. Teología sistemática. Barcelona: Clie, 2008.
  • Berkhof, Louis. Teología Sistemática. Bellingham, WA: Tesoro Bíblico, 2018.
  • Ryrie, Charles Caldwell. Teología básica. Miami: Editorial Unilit, 2003.
  • Chafer, Lewis Sperry. Teología sistemática. Vol. 1. Barcelona: Clie, 2009.

Footnotes

  1. Erickson, Teología sistemática, 466.
  2. Louis Berkhof, Teología Sistemática (Bellingham, WA: Tesoro Bíblico, 2018), IV.F.
  3. Ryrie, Teología básica, 179.
  4. Lewis Sperry Chafer, Teología sistemática, vol. 1 (Barcelona: Clie, 2009), 537.

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