Romanos: Define el Evangelio que Pablo predicó
El Evangelio que el apóstol Pablo predicó en la Epístola a los Romanos está centrado en la justicia de Dios. Una justicia que demanda juicio y castigo por el pecado, sin hacer distinción entre judíos y gentiles, pero que a la vez es ofrecida de manera gratuita a través de Jesucristo. Por medio de Él, todo hombre puede conseguir la paz con Dios y la promesa de vida eterna. Esta justicia, que ahora es imputada gratuitamente al pecador, produce un cambio de naturaleza y, por consiguiente, la aparición de nuevos afectos y deseos por vivir para Dios en obediencia a su voluntad a través del Espíritu Santo. Paul N. Benware comenta sobre el tema de la carta a los Romanos:
“Esta carta trata con detalle del tema de la justicia que Dios provee para la humanidad pecadora. Es la única justicia que Dios aprueba.”
Lo anterior nos ayuda a tener una perspectiva panorámica de la carta a los Romanos y nos permite comprender la importancia que el apóstol le asigna a todo el ciclo de vida de la justificación: oír el mensaje del evangelio, arrepentimiento y aceptación de la verdad, y la manifestación de evidencias que dan testimonio del cambio interno y del arrepentimiento.
Resumen del Evangelio en Romanos
Podemos resumir la carta a los Romanos y el evangelio que Pablo predicó en los siguientes puntos:
- El evangelio es un mensaje importante y urgente.
- Inicia con la responsabilidad inexcusable del hombre.
- No elude el pago por el pecado.
- Extiende gracia al ser imputados como justos por el pago que Jesús hace por nuestros pecados.
- Demanda una vida nueva, en función de glorificar a Dios y amar al prójimo, siendo ejemplo en la sociedad tanto en actos públicos como privados.
Importancia y Urgencia del Evangelio
El evangelio es un mensaje importante y urgente. Esto es evidente por el testimonio de la carta en Romanos 1:16:
“Porque no me avergüenzo del Evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego.”
Responsabilidad del Hombre
El evangelio inicia con la responsabilidad del hombre. Es un mensaje directo y frontal, pues mientras otras religiones buscan conciliar a Dios con los hombres a través de sacrificios, el evangelio duda del hombre, de su integridad y de sus motivaciones. Algunos versículos que respaldan esta idea son: Romanos 1:18, 2:28, 3:9-12.
Pago por el Pecado
El evangelio que Pablo predicó no elude el pago por el pecado. Esto se ve claramente en Romanos 3:25, donde se muestra que Dios puso a Jesús como propiciación por nuestros pecados. También en Romanos 5:8-11, se afirma que la salvación por la fe se produce a pesar de nosotros los pecadores.
Gracia y Justicia Imputada
El evangelio extiende gracia al ser imputados como justos por el pago que Jesús hace por nuestros pecados. Textos como Romanos 3:21-26 muestran la universalidad del problema, y textos como Romanos 5:1-10 presentan la universalidad de la solución.
Demanda de una Vida Nueva
El evangelio que Pablo predicó demanda una vida nueva, en función de glorificar a Dios y amar al prójimo a través del servicio. Las alusiones a este tópico cubren gran parte de la carta, tocando la santificación progresiva como el vehículo. Romanos 6:11 dice:
“Consideraos muertos al pecado”
Y enfáticamente en el versículo 12:
“No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que obedezcáis a sus concupiscencias.”
Naturaleza Transicional del Evangelio de Pablo
Es importante entender que la iglesia no debería intentar replicar todas las obras y manifestaciones que se describen en el Nuevo Testamento, especialmente en un tiempo de transición como el que cubre la carta a los Romanos. John Stott afirma:
“El libro de los Hechos es un libro de transición. Registra la transición del pueblo de Dios del antiguo pacto al nuevo pacto, del judaísmo al cristianismo.”
Además, en 1 Corintios 13:8-10, Pablo nos recuerda que algunas manifestaciones eran temporales:
“El amor nunca deja de ser; pero las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y la ciencia se acabará. Porque en parte conocemos, y en parte profetizamos; mas cuando venga lo perfecto, entonces lo que es en parte se acabará.”
Debemos confiar en la suficiencia de las Escrituras y en la obra continua del Espíritu Santo en la iglesia de hoy, guiándonos en toda verdad y santidad.
Bibliografía
- Benware, Paul N. Panorama del Nuevo Testamento. Editorial Portavoz, 1993.
- Carson, D. A., & Moo, D. J. Una introducción al Nuevo Testamento. Editorial Clie, 2008.