En una era saturada de opiniones, emociones e interpretaciones subjetivas, la iglesia de Cristo necesita desesperadamente una voz clara y fiel que diga: “Así dice el Señor”. En tiempos donde muchos púlpitos han sido reducidos a plataformas de motivación o entretenimiento, necesitamos volver con urgencia a un modelo de predicación que no se centre en el hombre, sino en la Palabra de Dios. La predicación expositiva no es solo una opción válida ni una herramienta útil entre muchas: es el único modelo de predicación que la Biblia respalda y enseña claramente.
Desde los profetas del Antiguo Testamento hasta los apóstoles del Nuevo, Dios ha hablado a su pueblo mediante la exposición fiel de su Palabra. En Nehemías 8, Esdras y los levitas “leían en el libro de la ley de Dios claramente, y ponían el sentido, de modo que entendiesen la lectura” (Neh. 8:8). En el ministerio de Jesús y de los apóstoles, predicar significaba explicar el texto y llamar a una respuesta basada en la verdad de Dios revelada. Toda predicación verdaderamente bíblica debe seguir ese patrón.
¿Qué es la predicación expositiva?
La predicación expositiva es la proclamación fiel, clara y autoritativa del mensaje de un texto bíblico, explicando su significado original en su contexto, y aplicándolo directamente a la vida de los oyentes. El expositor no impone sus ideas sobre el texto; su misión es extraer el mensaje del texto y presentarlo con fidelidad. Como dice David Helm: “permanecer en la línea del texto, sin decir más de lo que el texto dice ni menos de lo que el texto afirma” (La predicación expositiva, p. 33).
Sugel Michelén lo define como “hacerle justicia al mensaje que Dios quiso comunicar a través del texto, transmitiéndolo de forma clara y relevante a la iglesia” (De parte de Dios y delante de Dios, cap. 4).
El predicador expositivo actúa como un mensajero divino, no como un creador de contenido. Él no “usa” la Biblia como punto de partida, sino que permite que la Biblia misma sea el sermón.
Principios básicos de la predicación expositiva
- Fidelidad al texto bíblico
Todo parte del texto. La autoridad del sermón proviene directamente de la Escritura, no de la creatividad ni de la experiencia del predicador. - Exégesis rigurosa
Implica estudiar el pasaje con atención a su contexto literario, histórico, gramatical y teológico. - Aplicación relevante
La exposición no es una clase teórica. Apunta a transformar vidas, conectando la verdad eterna con las situaciones concretas del oyente. - Cristocentricidad
Toda predicación debe mostrar cómo el texto se conecta con la obra de Cristo (cf. Lc. 24:27). Como enseña John Stott: “Cristo debe ser el centro de cada sermón bíblico, porque Él es el centro de las Escrituras” (La predicación: Puente entre dos mundos). - Dependencia del Espíritu Santo
La exposición bíblica no es solo técnica; es un acto espiritual. Solo el Espíritu puede aplicar con poder la Palabra en el corazón humano.
Diferencias con otros estilos de predicación
Predicación temática
Aunque puede ser útil en ciertos contextos, la predicación temática selecciona pasajes para apoyar un tema previamente decidido. A menudo corre el riesgo de forzar textos o ignorar su contexto.
Predicación narrativa o ilustrativa
Suele enfocarse en contar historias o usar anécdotas conmovedoras, pero muchas veces reduce el contenido bíblico al mínimo. Como advierte John MacArthur: “La predicación basada en historias puede entretener, pero solo la predicación expositiva transforma” (La predicación: Cómo predicar bíblicamente, p. 32).
Predicación motivacional
Enfocada en levantar el ánimo o la autoestima, esta predicación generalmente elude temas difíciles del texto bíblico. Se centra en el hombre, no en Dios.
La predicación expositiva, en cambio, no escoge el texto según lo que el predicador quiera decir, sino que permite que el texto determine el mensaje.
El lugar de la predicación evangelística
Ahora bien, afirmar la centralidad de la predicación expositiva no significa negar el valor de la predicación evangelística. De hecho, el evangelio debe ser predicado con urgencia y claridad, llamando a los pecadores al arrepentimiento y a la fe en Cristo. Pero esta proclamación nunca debe ser desligada de una exégesis fiel del texto bíblico.
El mensaje evangelístico verdadero no surge de la elocuencia humana ni de una estrategia emocional. Surge de una correcta exposición del evangelio tal como Dios lo ha revelado en las Escrituras. Como enseñó el apóstol Pablo: “nosotros predicamos a Cristo crucificado” (1 Cor. 1:23), y lo hacía siempre “según las Escrituras” (1 Cor. 15:3–4). Por tanto, toda predicación evangelística que busque honrar a Dios debe tener una base expositiva sólida.
¿Por qué importa la predicación expositiva hoy?
- Porque vivimos en tiempos de confusión doctrinal
Solo la exposición fiel de la Escritura puede corregir, redargüir y edificar con autoridad (2 Timoteo 3:16–4:2). - Porque el pueblo de Dios necesita alimento sólido
Como decía Martyn Lloyd-Jones: “La predicación es el acto más importante que ocurre en la vida de la iglesia. El destino de la iglesia depende de ello” (Preaching and Preachers, cap. 1). - Porque exalta la gloria de Dios
Cuando el texto gobierna el sermón, Dios es el que habla. El predicador desaparece, y la Palabra resplandece. - Porque forma discípulos sólidos, no oyentes entretenidos
Una iglesia expuesta semana tras semana a la Palabra predicada fielmente se convierte en una comunidad madura, discernidora y centrada en Cristo.
Conclusión: Volvamos al púlpito bíblico
La predicación expositiva no es una moda ni una metodología entre muchas. Es el modelo bíblico y apostólico que Dios ha usado a lo largo de la historia para avivar a su pueblo. Si deseamos iglesias sanas, pastores fieles y creyentes transformados, debemos volver al púlpito bíblico.
Como dijo Sugel Michelén: “Predicar expositivamente es decirle a la iglesia, con reverencia y claridad: Esto es lo que Dios dice. Escuchémoslo y obedezcámosle”.