Ensayos Teología

Juan: ¿Qué distingue a un verdadero discípulo?

El evangelio de Juan es una obra magistral tanto por su composición como por el mensaje que proyecta. Los creyentes y la audiencia de este evangelio están en presencia de un documento inspirado con un claro énfasis en llevar a toda persona al conocimiento y la salvación en Cristo. De este evangelio se dice que es el más teológico de los cuatro, y también se reconoce como diferente a los sinópticos por su alto porcentaje de contenido exclusivo sobre la persona y la obra de Jesús.

Paul N. Benware dice respecto al propósito de este evangelio:

“Fue escrito para evangelizar. Presenta evidencia para que las personas puedan alcanzar el punto en el que creen en Jesucristo, con el resultado de recibir la vida eterna.”

Por su parte, D. A. Carson, resumiendo varias ideas sobre el propósito, dice:

“El Evangelio de Juan no solo tiene un propósito evangelístico (una opinión dominante hasta este siglo, en el que ya pocos la defienden), sino que tiene un campo de evangelización concreto: los judíos de la diáspora y los prosélitos.”

Propósito del Evangelio de Juan

El mismo evangelio de Juan proporciona evidencia para comprender su énfasis. Inicia con la declaración de que Jesús es Dios (Juan 1:1) y termina con la afirmación de que la intención de lo escrito en este evangelio es que las personas crean que Jesús es el Cristo y sean salvos a través de esta fe (Juan 20:31). Abunda en discursos teológicos, descarta muchos de los milagros y demanda a la audiencia reconocer y confiar en Jesús.

Un Refugio para la Fe

Un verdadero creyente distingue en el evangelio de Juan un refugio donde fortalecer su fe y una herramienta para ayudar a otros a ver a Jesús como el Cristo para salvación. El contenido del evangelio de Juan es selectivo; se aprecia en la ausencia de muchos milagros de Jesús y en que el 92% de su contenido es particular. Esto permite a los creyentes observar que el documento está organizado con un sentido intencional para demostrar que Jesús es el Hijo de Dios.

Estructura Intencional

El mensaje del evangelio de Juan es intencional en su estructura, no busca conectar a Jesús con genealogías relevantes para los judíos, simplemente lo reconoce igual a Dios (Juan 1:1). Esto es rápidamente avalado por Juan el Bautista y conectado con su propósito entre los hombres:

“He aquí el cordero de Dios, que quita el pecado del mundo” (Juan 1:29).

Jesús muestra el gran amor de Dios a través de Él (Juan 3:16) y al mismo tiempo reclama para sí mismo el título de mayor que todos (Juan 3:31) para respaldar su autoridad. Es Jesús mismo quien reclama que solo en Él hay salvación:

“El que oye mi palabra y cree al que me envió, tiene vida eterna” (Juan 5:24).

De esta forma, la autoridad y suficiencia de la obra de Cristo no se anuncia como una promesa futura, sino un hecho presente e inmediato. En el mensaje del evangelio, la salvación es predicada como un regalo, pero Jesús no quita el peso de la responsabilidad del hombre:

“Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida que a vida eterna permanece” (Juan 6:27).

Confianza y Seguridad

Declaración tras declaración, el evangelio de Juan presenta al discípulo un marco completo de confianza y seguridad de que Jesús es el Dios que salva, invitando a todo hombre a creer en su promesa:

“Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez…” (Juan 14:3).

Bibliografía

  • Benware, Paul N. Panorama del Nuevo Testamento. Editorial Portavoz, 1993.
  • Carson, D. A., & Moo, D. J. Una introducción al Nuevo Testamento. Editorial Clie, 2008.

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