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¿Qué efecto tiene un demonio sobre un creyente? ¿Puede poseerle?

Es común escuchar a personas preocupadas por la influencia de los demonios en sus vidas, y algunas incluso temen la posibilidad de posesión demoníaca. Sin embargo, ¿qué dice realmente la Biblia sobre la capacidad de los demonios para afectar a los creyentes? Este artículo explorará las enseñanzas bíblicas sobre la influencia demoníaca y las limitaciones que tienen en relación con aquellos que están en Cristo.

Naturaleza y capacidad de los demonios

Los demonios son seres espirituales con capacidades superiores a las de los humanos. En las Escrituras, hay varias referencias que muestran su acción y poder. Por ejemplo, pueden habitar en seres humanos y en animales (Mt. 5:1-16), afligen físicamente a las personas (Mr. 9:17), son capaces de aterrorizar a las personas (1 S. 16:14-15; Hch. 19:13-16), realizan señales y prodigios falsos (2 Ts. 2:9; Ap. 16:13-14) y engañan a los profetas fomentando la idolatría (1 R. 22:19-23; Dt. 32:17). Sin embargo, sus capacidades están limitadas y estas limitaciones son impuestas por Dios. Como dice Hodge, “dependen de Dios, y sólo pueden actuar bajo su control y permiso” .

Limitaciones de los demonios en relación con los creyentes

Aunque los demonios son poderosos, todo lo que pueden hacer en relación con el creyente está sujeto a la voluntad de Dios. A continuación, se explican algunas limitaciones específicas:

  1. Sujeción a la voluntad de Dios: Los demonios pueden atacar a los creyentes, pero no pueden poseerles ni interferir con su libertad y responsabilidad .
  2. No pueden poseer a los creyentes: Es fundamental entender que aunque los demonios buscan la caída del creyente, siempre están sirviendo a los propósitos de Dios, incluso si es de manera involuntaria. Por ejemplo, en el caso de Abimelec y los hombres de Siquem (Jue. 9:23), Dios utiliza las acciones de los demonios para cumplir Sus propósitos.
  3. Protección divina: Las Escrituras afirman que el creyente ha sido sellado por el Espíritu Santo (Ef. 1:13) y es morada del Espíritu Santo (1 Co. 6:19). Esto hace imposible que un demonio pueda coexistir con el Espíritu Santo dentro de un creyente.

Conclusión

Finalmente, si un creyente pudiera ser poseído por demonios (para ser guiado a pecar y ser contrario a Dios), no sería responsable ante Dios en el día del Juicio y esto no puede ser posible según 2 Corintios 5:10. Concluimos entonces afirmando que los creyentes pueden estar bajo la presión demoníaca, siempre de manera externa, en ningún caso poseídos y siempre con el poder para resistirlos por el poder del Espíritu Santo.

Bibliografía

  1. Hodge, Charles. Teología sistemática. Barcelona, España: Clie, 2010.
  2. MacArthur, John y Mayhue, Richard. Teología Sistemática: Un estudio profundo de la doctrina bíblica. Grand Rapids, MI: Portavoz, 2018.

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